14 fevereiro, 2019

JESÚS AMIGO Y LA VIDA CRISTIANA EN CLAVE DE AMISTAD.



Introducción. Muchas veces al hablar de la identidad de nuestras Comunidades, con toda razón decimos que son Comunidades y que no son simplemente grupos. Peo a veces nos falta explicitar que son precisamente Comunidades de Jesús y que tenemos en el centro a Jesús, nuestro amigo y que nos llama y envía a la construcción del Reino. Se supone que nuestra CEB son Comunidades de Jesús y entre nosotros somos Comunidades de amigos del Señor Jesús.

Un marco importante para ver así nuestras comunidades, es ver a Dios como un Dios amigo y ver la relación entre  nosotros y con Dios a nivel amistad. Y es muy importante dentro de ese marco, ver y sentir a Jesús como amigo. Lo que solemos decir del Reino de Dios y la lucha por la Justicia, está enraizado y brota de esa amistad y fiel seguimiento de Jesús. Recordemos que Jesús eligió a los 12 para estar con Él y para enviarlos como sus mensajeros y testigos del Reino.

En Juan 15,15, en la última cena Jesús nos llama expresamente amigos y esto es una clave iluminadora para vivir y comunicar a Dios como Buena Noticia. Solamente viviendo así, podremos comunicar a los demás la experiencia de Dios como el mejor amigo del Ser Humano. Jesús se nos muestra en el Evangelio impulsado por el amor y la amistad Él es la encarnación del cariño y amistad de Dios hacia la humanidad y eso es muy importante tenerlo presente en nuestro mundo donde tanta falta hace el amor y la amistad.

- LA AMISTAD DE JESÚS Y LA VIDA CRISTIANA EN CLAVE DE AMISTAD. Ambientar el lugar con fotos que expresen Amistad y con un dibujo de  Jesús como amigo y de la Comunidad como Amigos en el Señor Jesús. Cantar  y saborear la canción “Amigo” (de Roberto Carlos) Podemos comenzar también con un testimonio de una Amistad fiel.

VER. Solemos ver la vida cristiana y el llamamiento de Jesús de muchas maneras, pero podemos preguntarnos si realmente en nuestra vida personal y comunitaria vemos a Jesús ante todo como nuestro Amigo. Y podemos preguntarnos si vemos nuestra comunidad como la Comunidad de Jesús y si con los demás miembros de las Comunidades vivimos plenamente como Comunidad de Amigos.

Preguntas: a) Si vemos a Jesús como Redentor y Salvador, pero no tanto como amigo ¿ A qué se debe esto? Y ¿qué consecuencias tiene esto para la vida personal y comunitaria?

b) Si fallamos en ser Comunidad de Amigos en el Señor Jesús ¿a qué se debe esto?

c) Toda la actuación de Jesús está marcada por el signo de la amistad hacia las personas. Podemos pensar sí solemos ver y meditar en el Evangelio  a la luz de Jesús como Amigo, y si sentimos la actuación de Jesús toda ella bajo el signo de la Amistad.

JUZGAR. 1.- JESÚS PROFETA AMIGO. 


a Unas características de la Amistad. La amistad es una forma de amor que se caracteriza por el afecto hacia el amigo o la amiga, y por la búsqueda de Comunión, la entrega personal para promover el bien de la persona amada. Esos rasgos propios de ese amor de amistad la encontramos continuamente en Jesús. Jesús actúa por amor y no por otros intereses. Ahondemos un poquito en ello

 b) Cuatro rasgos de la Amistad de Jesús.                                                                                                
El primer rasgo de la amistad de Jesús es que acoge a cada ser humano personalmente y muy lejos de la indiferencia. Por ejemplo al joven que buscaba orientación, Jesús lo vio con amor (Mc 10, 21). Igual podemos ver cómo Jesús mira a la Mujer llamada pecadora que llora a sus pies (Lc. 7, 48) y con esa mirada de amor, escoge a Pedro, como pequeña piedra de la Iglesia (Mc 8).Jesús reacciona con emoción y se conmueve ante los ciegos que le piden curación Mt 20, 24. Jesús se conmueve y llora ante la muerte de Lázaro y ante el dolor de Marta y María (Jn 11, 33-35) y ante la ciudad de Jerusalén, Jesús llora por esa ciudad y su desgracia (Lc 19, 41). Ante las situaciones de dolor y sufrimiento siempre brota el afecto de Jesús lleno de ternura.

Un segundo rasgo de la amistad de Jesús es querer y buscar el bien de la persona. Así Jesús se conmueve y actúa cuando ve a la multitud como ovejas sin pastor (Mc 6, 33). Jesús también tiene una amistad especial con Marta, María y resucita a Lázaro (Jn 11, 5) y también con Pedro que lo había negado (Lc 22, 61).

Un tercer rasgo de la amistad de Jesús es la compasión de Jesús con el que sufre o se encuentra mal. Jesús se conmueve ante la multitud con hambre (Mt 15,32), ante el leproso que le pide lo cure (Mc 1, 40-41), y ante  la viuda cuyo hijo acaba de fallecer (Lc 7, 13).

Un cuarto rasgo de la amistad de Jesús es la entrega gratuita entregando su tiempo, sus fuerzas y su vida entera. Jesús no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida. (Mc 10, 45) y tiene especial amistad y cercanía con los excluidos de la convivencia social y religiosa de su tiempo como eran los publicanos, las mujeres en situación de prostitución, y por eso sus enemigos lo acusan de ser amigo de publicanos y pecadores (Mt 11, 19).

Preguntas:

 a) ¿Cómo esos 4 rasgos de la Amistad de Jesús están presentes en nuestra vida personal y  comunitaria?

b) ¿Cuáles de esos 4 rasgos están más débiles en nuestra Comunidad y por qué?
 
2.- JESÚS AMIGO DE SUS DISCÍPULOS- DISCÍPULAS- CON ELLAS SE FORMA LA COMUNIDAD DE JESÚS. 

 a) Los Evangelios resaltan la amistad honda y entrañable que Jesús vive con sus discípulos. Los llama para que estén con Él  y los llama “amigos míos” (Lc 12,4) Jesús es quien los elige e invita a vivir su amistad (Jn 15, 16) y los elige para estar con Él y poder anunciar así la Buena Noticia de Dios experimentado como amigo (Mc 3, 13-14). La fe de los discípulos va creciendo en esa convivencia amistosa con Jesús, en ese compartir de cerca su vida e ir descubriendo el misterio de Dios como Padre Jesús les dice y nos dice: Les llamo amigos porque lo que oí de mi Padre se los he comunicado (Jn 15, 15).Notemos que no es una amistad intimista encerrada en su círculo. Jesús les llama y nos llama a estar con Él, compenetrarse de su experiencia de Dios Padre Amoroso y de su pasión por el Reino.

b) La identificación de Jesús y sus  discípulos-as, es tal la relación de afecto y amistad entre Jesús y sus discípulos que Él nos dice que el que los reciben, lo recibe a Él y el que los escucha, los escucha a Él (Lc 10, 16). Incluso al discípulo traidor, Jesús lo llama amigo (Mt 26, 50)                    

c) A través de su amistad Jesús nos revela el amor de Dios y nos da el Mandamiento Nuevo. Jesús con su amistad nos revela que el Padre mismo nos quiere (Jn 16,27) y de esa amistad brota un estilo nuevo de vida: Vivir en el amor. Como el Padre me ama, yo lo amo a usted, permanezcan en mi amor, este es mi mandamiento, que se amen los unos con los otros como yo los he amado (Jn 15, 9-10.12). Su entrega en la Cruz es la culminación de su amor. Habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo (Jn 13,1). Y a todos nos dice: Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (Jn 15, 13).  Por eso con claridad nos dice el Evangelio: Jesús, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo (Jn 13,1).

ACTUAR.

 a) Qué vamos a hacer para procurar que esté más viva y presente en nuestra oración y en nuestro actuar personal la relación con Jesús como Amigo?                                 

 b) Qué vamos a  hacer para que más plenamente nuestras Comunidades tengan en el centro a Jesús como Amigo y que desde esa Amistad nos envía a ser constructores del Reino?    

 c) Qué vamos a hacer en concreto para que nuestras Comunidades sean plenamente Comunidades de Amigos-as como lo fue la Comunidad de Jesús con sus discípulas-os?

Arnaldo Zenteno  desde la Mesa CEB de Profetismo y Compromiso Ciudadano. en el día de la Amistad febrero de 2019.

Esse é o nosso Francisco!


A Leitura da Bíblia a partir dos Pobres e com os Pobres

 É uma triste vergonha que, a esta altura, grande parte da humanidade ainda esteja nas trevas da ignorância, ausente dos processos históricos de transformação, sem se sentir agente de sua própria história.

Sebastião Salgado – imagem da internet  

A Leitura da Bíblia a partir dos Pobres e com os Pobres

Cada vez mais, em nossos tempos, cresce a exigência de intensificar os processos de educação popular. É uma triste vergonha que, a esta altura, grande parte da humanidade ainda esteja nas trevas da ignorância, ausente dos processos históricos de transformação, sem se sentir agente de sua própria história. Para nós é claro que o processo de leitura da Bíblia é necessariamente um desses processos. Afinal, a Bíblia nasceu da experiência do povo através de séculos. Nela está contida a riqueza de uma tradição cujas raízes estão na luta pela liberdade do povo (cf. Ex 1-15), na recusa da dominação dos poderosos (cf. Jz 4-5; 9) e no esforço de voltar sempre de novo às fontes de sua identidade (cf. Is 40-66). Pela história, sabemos que o movimento popular medieval, que aflorou com tanta força em líderes eremitas nas montanhas da Itália, e em grandes personalidades tais Joaquim de Fiori, Francisco de Assis e Pedro Valdo, além do protagonismo de muitas mulheres injustamente condenadas como “bruxas”, aquele movimento achava suas origens últimas nas histórias bíblicas, nas antigas profecias, nos salmos e no exemplo sempre vivo de Jesus de Nazaré e de seus Apóstolos; chegava a se chamar de “apostólico”, imitador dos antigos discípulos de Jesus (cf. Mt 10 e Lc 10). É verdade ainda hoje, quem se acostuma a frequentar a Bíblia não pode se recusar a reconhecer que se trata de uma “escola de liberdade”, a começar da descoberta de que cada pessoa humana tem a mesma dignidade e transcendência, ninguém é maior que ninguém (cf. Gl 4 a 5). Basta prestar atenção ao que se dá nas Comunidades de Base, ambiente onde o povo redescobre sua dignidade e seu protagonismo na comunidade da Igreja e na sociedade.

“Educação popular” é um método já testado suficientemente no Brasil e em muitas partes do mundo. Tivemos, por exemplo, o MEB (Movimento de Educação de Base), parceria entre o Ministério da Educação e a Igreja; tivemos os “círculos de cultura” liderados e inspirados pelo método Paulo Freire de alfabetização, primeiro no Brasil e depois em outros países da Afroameríndia, nos próprios Estados Unidos e na África, com apoio do Conselho Mundial de Igrejas e da Organização das Nações Unidas. Reavivar nos dias de hoje esse processo é necessário e urgente, como caminho de ascensão de nossos povos no rumo da participação democrática. Nas Igrejas cristãs, torna-se cada vez mais urgente retomar a leitura popular da Bíblia como método de educação popular, com a consciência muita clara do princípio proclamado pelo grande educador Paulo Freire: “Ninguém educa ninguém, ninguém se educa sozinho; nós nos educamos em comunhão”. É claro que a trajetória da própria vida coincide com o “caminho” da educação, para que nos tornemos cada vez mais pessoas lúcidas (“ilustradas”), livres e sempre mais amorosas. A Leitura Popular da Bíblia é um desses caminhos, pois se trata de um método no qual o “popular” é protagonista e o terreno fértil é a vivência em “comunidade”. Por isso se fala de Leitura Popular e Comunitária da Bíblia. Educar vem do verbo latino “e-ducere”, a saber, conduzir a partir de dentro, tirar de dentro, fazer aparecer as potencialidades da pessoa.

Sabemos que o termo “método” vem da expressão grega “metà-hodós” que quer dizer “pelo caminho”, a saber, “método” é o caminho pelo qual nós nos aproximamos da realidade. Na Modernidade, no auge da embriaguez da Cíência, “método” passou a designar procedimento “científico” para abordar a realidade. Quem sabe, devíamos voltar à noção antiga de simplesmente “caminho disciplinado”. A Teologia, por exemplo, que na Idade Média estava no topo da pirâmide do saber, não cabe na noção moderna de “ciência”, pois a Ciência exige que se fique no campo da racionalidade, enquanto a Teologia se move nos terrenos da “racionabilidade” ou “razoabilidade”, não por defeito, mas por excesso, pois a “razoabilidade” nos concede um trampolim para ultrapassar as “razões da razão” e chegar a alcançar as “razões do amor”.

Para a leitura bíblica, é inegável, as ciências modernas trouxeram significativa contribuição, particularmente através do chamado “Método Histórico–Crítico” que se desdobra em diversos e grandemente úteis procedimentos científicos de observação e penetração do texto. Mas essa é só a primeira etapa no processo de interpretação. Com a chamadaCrítica Textual temos a chance de poder, com mais segurança, analisar e comparar os manuscritos antigos e discernir para chegar aos textos mais primitivos da Bíblia. A Crítica Literária nos permite distinguir entre textos autênticos e interpolações ou acréscimos que não são do autor primitivo, de tal forma que assim se pode perceber como o texto cresceu ou se modificou ao longo do tempo, para melhor ou para pior. Além disso, nos permite perceber o que, na Antiguidade, significava realmente atribuir um texto a determinado autor: muitas vezes se trata mais de “patrono” de um escrito ou de uma corrente de pensamento do que de “autor” no sentido moderno do termo. A Crítica Histórica, mediante subsídios da Arqueologia, da Geografia e da História, nos possibilita confirmar nos textos o que são notícias realmente históricas e o que são crenças, criações literárias, confusão entre épocas e lugares diferentes, etc. Em época mais recente, temos tido a Crítica ou História das Formas que nos tem ajudado a identificar na Bíblia os diversos gêneros (ou “formas”) literários e, com “olhar sociológico”, perceber o “contexto vital” (o “Sitz im Leben”, ou “lugar na vida”, como cunharam os alemães) em que as comunidades antigas produziram seus testemunhos, tantas vezes orais e em seguida escritos: história, mitos, fábulas, prosa, leis, poemas, hinos, parábolas, provérbios, ditos e reflexões sapienciais, narrações de milagres, narrações “novelescas”, evangelhos, epístolas, apocalipses etc. Finalmente, ficou mais fácil distinguir entre o material que já vinha da “tradição” e o que é “toque redacional” posterior, com a possibilidade de estabelecer, em grande parte, a “história da tradição” e a “história da redação” de um escrito. Mais recentemente, temos tido a ajuda da Análise Literária ou Retórica que nos capacita a perceber melhor o jogo literário impresso na composição e estrutura do texto final que possuímos diante dos olhos, algumas obras são de alto valor de arte literária, como, por exemplo, a poesia de Isaías, de Jó, de Amós, de Oséias, dos salmos, de João evangelista e tantos outros.

Isso aí, quanto a contribuições metodológicas mais recentes. Devemos, no entanto, reconhecer que já desde a Antiguidade sempre se buscou uma maneira sistemática de abordar os textos. O grande teólogo e analista da Bíblia, Orígenes, foi um dos mais famosos nessa tarefa. Na Era Patrística, chegou-se a estabelecer um procedimento de leitura bastante sistemático, que estabelecia quatro sentidos das Escrituras: começava-se pela pesquisa do “sentido literal ou histórico” do texto, ou seja, o que diz imediatamente o “corpo” do texto que está diante dos olhos do leitor; daí se passava ao “sentido espiritual”, ou seja, o que de espírito se comunica naquele “corpo”. Se as Escrituras são obra divinamente “inspirada”, deve haver um “sentido mais pleno” que é realmente o “recado” intencionado pelo Espírito. Isso se buscava em três níveis: o “sentido alegórico” (nele também se inclui o que se chama de “sentido tipológico”, quando uma figura ou acontecimento do AT antecipa personagens e realidades que se dão no NT), ou seja, o que está em outro (“állos”) plano, para além da pura letra e, desse modo, nos fala acerca de Cristo e dos mistérios de Deus, revelados na história e em Sua Igreja; em seguida, de que modo o texto nos pode orientar na prática da vida de acordo com o que aprendemos de Jesus, a saber, como orientar nosso comportamento à semelhança de nosso Irmão maior e de quem O seguiu, é o sentido “tropológico” (o “caminho” prático, ético); finalmente, o que o texto pode nos dizer acerca de nosso destino, do futuro, de nossa plenitude, é osentido “anagógico” ou “escatológico” (o que está adiante e nos eleva).

Na Idade Média, particularmente a partir do ambiente monástico, se formulou a chamada “Lectio Divina”, ou leitura que nos introduz nos mistérios divinos. Começa-se pela “Lectio”, pela leitura atenta da letra do texto, para que nos possa penetrar. O passo seguinte é a “Meditatio”, a ruminação ou penetração do texto, momento em que se busca compreender a mensagem que nos é endereçada, é o passo em que cabe aquilo que chamamos de “exegese” ou compreensão do texto, mediante elementos que o aproximem de nós. Penetrar o texto, porém, nos provoca a sensação de estar diante de algo que nos ultrapassa, daí por que é como se interrompêssemos a leitura e tivéssemos de invocar o auxílio divino que nos abra para compreender de acordo com o Espírito, é o momento da “Oratio”, a oração que nos chama a escutar o Espírito. Finalmente, o texto nos conduz à “Contemplatio”, contemplação das obras de Deus narradas pelo texto, o que nos abre os olhos para perceber as obras que Deus já realizou na antiga História da Salvação e continua a realizar em nossa vida e em Seu mundo, por Ele criado; nosso mundo está em continuidade com o mundo antigo que nos é trazido pelo texto, e que é, em última análise, a Criação de Deus na qual estamos envolvidos/as como produto (obra particular) e, ao mesmo tempo, “macho e fêmea, imagem plural de Deus”, como cuidadores e cuidadoras de todo o conjunto (cf. Gn 1, 26-31; 2, 15). O texto de Gênesis nos convoca à mesma atitude contemplativa do próprio Criador: “E Deus olhou e exclamou: “Que bonito!” (cf. Gn 1 a 2).

Quando falamos de Leitura Popular e Comunitária da Bíblia, não estamos a pensar, primeiramente, num novo procedimento científico para abordar os textos. Temos a liberdade de tirar proveito de todos os “métodos” científicos já testados até hoje. Trata-se, isto sim, de uma nova perspectiva hermenêutica e de um novo “jeito” de ler o texto e utilizar os diversos “métodos” que nos ajudem a deixá-lo falar a nós hoje.

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About Sebastião Armando (225 Articles)

Nascido em São Miguel dos Campos, Alagoas, de família cristã, terceiro de cinco filhos, Dom Sebastião Armando Gameleira Soares fez seus estudos secundários no Seminário Metropolitano de Maceió e estudos de Filosofia no Seminário de Olinda, Pernambuco. Obteve o bacharelado e o mestrado em Teologia na Universidade Gregoriana, de Roma, com dissertação sobre Santo Anselmo, Arcebispo de Cantuária. Obteve também o mestrado em Ciências Bíblicas, no Instituto Bíblico, de Roma, com dissertações sobre o Livro dos Salmos e o Livro de Isaías, e o mestrado em Filosofia na Universidade Lateranense, de Roma, com dissertação sobre a obra do filósofo brasileiro Henrique de Lima Vaz. Ainda em Roma, fez Especialização em Sociologia, na Universidade dos Estudos Sociais, com trabalho sobre a obra de Gilber to Freyre. É também bacharel em Direito pela Faculdade de Direito de Olinda.No Nordeste, por vários anos, foi professor do Instituto de Teologia do Recife-ITER, do qual foi também Diretor de Estudos. Foi assessor membro da equipe do Departamento de Pesquisa e Assessoria-DEPA para formação teológica. Foi assessor da CNBB e da CRB do Nordeste II. É membro do Centro de Estudos Bíblicos-CEBI, do qual foi diretor nacional e coordenador do Programa de Formação. Foi ordenado presbítero na Comunhão Anglicana em 1997, já sendo professor e reitor do Seminário Anglicano no Recife. Em 1998 participou da Conferência de Lambeth, encontro mundial do episcopado anglicano, em Cantuária, na Inglaterra, como membro da equipe de assessoria no tema "Evangelização", convidado pelo Arcebispo de Cantuária, por indicação dos Bispos do Brasil. Foi eleito bispo no ano 2000 para a Diocese Anglicana de Pelotas-RS, e em 2006 eleito para a Diocese Anglicana do Recife (Região Nordeste). Em 2008, voltou a participar da Conferência de Lambeth, dessa vez já como bispo. Tornou-se emérito em dezembro de 2013. É casado há 42 anos com Maria Madalena, também alagoana. assistente social, com quem tem três filhas e um filho. Hoje se dedica particularmente ao Ministério da Palavra (estudos bíblicos e teológicos, em especial Leitura Popular da Bíblia, Anglicanismo, Escolas de Fé e Política, e Espiritualidade) em fronteira ecumênica, e junto com Madalena coordena um projeto social ("Casa Ecumênica - Crer & Ser") com crianças e suas famílias, no Alto do Moura, em Caruaru-Pernambuco, Brasil.

Fonte: http://domsebastiaoarmandogameleira.com